SER MAREANTE
En sentido figurado, la palabra crisol significa un lugar donde interactúan y se unen diferentes ideas, personas, etc., dando lugar a una síntesis de todas ellas.
Cuando se unen en un crisol el amor a la mar, siendo marino de cualquier rama (pesca, armada, recreo...), el amor a la recuperación, formación, difusión y disfrute de los valores náuticos de nuestra Historia, especialmente los siglos de oro de nuestra marina, y el placer de poner todo esto en valor en franca reunión de camaradería mientras se liban buenos caldos de esta nuestra España, se forma la esencia del triángulo que genera la filosofía existencial de los “Mareantes del Sur”, y así, tanto navegando como en tierra, solos o en compañía de otros hermanos, llevamos a gala y difundimos estos valores, de lo que sentimos justo orgullo.
Por ello, los primeros siete Mareantes se constituyeron en Hermandad allá por el año 2005, registrándose como “Asociación Cultural Hermandad Mareantes del Sur” ante la Junta de Andalucía, diseñando tanto nuestro escudo formado por siete cuartas de la Rosa de los Vientos en la que se adivina el Norte porque conocemos el Sur, así como nuestra bandera, cuyos colores son los que ostentaba la flota de Carlos I, heredada de sus padres la reina Juana y Felipe el Hermoso.
Entre nuestras actividades se cuentan la organización y el disfrute de efemérides como la del regreso a Sevilla de Juan Sebastián Elcano, en un acto que hemos celebrado ya por segundo año consecutivo y que llamamos “Laurel al mar”, procesiones fluviales a la Virgen del Carmen con pregón incluido a nuestro cargo en el año 2009, en el Puerto deportivo de Gelves, Sevilla, y solemne procesión por la dársena del Guadalquivir en el centro de esta ciudad en el año 2010; presencia en actos de relevancia, como la reivindicación de las Reales Atarazanas como Museo del Guadalquivir; colaboración fraternal con la Fundación Nao Victoria en diversas actividades, entrega de placa conmemorativa al Galeón Andalucía poco antes de zarpar hacia la Exposición Universal de Shangai, creación en Gelves, Sevilla, de una “ Biblioteca Náutica” en colaboración con el Ayuntamiento. Creación e interpretación de nuestras canciones, tanto música como letra, como nuestro Himno. Todo ello, con notable éxito de acogida y de difusión en los medios.
Aunque sin duda, la navegación en uno de los buques de nuestra flota en compañía de otros mareantes, es nuestro principal deleite.
Ser Mareante es para nosotros un gran orgullo. Nos obligamos a difundir, y lo hacemos con verdadero entusiasmo: lo relativo a la navegación, a las costumbres marineras, a los oficios tradicionalmente relacionados con el mar, a nuestro bellísimo vocabulario, nuestro amor por los ríos, sus riberas, y el litoral; especialmente por nuestro Guadalquivir, deseando su agua limpia y el respeto absoluto a sus márgenes y al medio ambiente, por que queremos poner en común nuestra esperanza. La esperanza de que entre todos y cuanto antes podamos lograr que una vez usada el agua que nos da la vida y la prosperidad, la devolvamos a su cauce siempre limpia, agradecidos por tal bien, y en condiciones de seguir generando vida, totalmente depurada, como corresponde a personas civilizadas que en la actualidad disponen de técnicas y recursos suficientes para ello.
Es sencillo ser Mareante teniendo en común con nosotros las ideas e ilusión y principios que describimos, además de estar en posesión de algún título náutico.
Tras la debida reflexión, la solicitud a la Hermandad que en la siguiente reunión mensual toma nota de ella, y acuerda convocar al requirente para conocerle el primer viernes de mes que corresponda: primer viernes Mareante.
Tras la presentación, compartirá con nosotros charla y vianda. Después del tiempo preciso, en otra ocasión, solo por votación unánime, se procederá a admitirle o no como aspirante.
Tras un periodo de siete lunas desde ese hecho, demostrará su interés y su identificación con lo nuestro, teniendo la oportunidad de participar activamente en todas nuestras actividades, salvo en las reuniones internas, ya que aún no tiene derecho a voz ni a voto.
Cumplido a satisfacción de todos los Hermanos este periodo de prueba, se contemplará su incorporación a la Hermandad unas horas o días antes de la siguiente Asamblea, a la que asistirá ya con plenitud de derechos y obligaciones como Mareante, después de recibir su acreditación en pergamino, y su nombre especial entre nosotros, que destacará a juicio de todos, en votación mayoritaria, aquella virtud o singularidad suya percibida por los demás en el periodo descrito.
Esto será en el transcurso de un Acto solemne y sencillo al efecto, cuya fórmula y protocolo pertenece a la Hermandad, que se celebra siempre junto al palo mayor de nuestro buque insignia, el JASON II.
Después, muchas veces, gozará en compañía nuestra de todo lo contemplado, vivido y escrito, brindando, tanto durante nuestras singladuras como en tierra, cada vez que estemos juntos los Mareantes.